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Control de Chinches

Las chinches de la cama son parásitos humanos que se diagnostican con relativa frecuencia en lugares habitados por humanos y ciertos animales. Estos diminutos insectos parecían haber quedado relegados al pasado, sin embargo, recientes notificaciones de expertos hacen pensar que han vuelto a resurgir con fuerza.

Las chinches de cama son parásitos temporales pero pertinaces. Típicamente pican de noche, durante el sueño en los dormitorios y, en ese contexto, son causa importante de irritación cutánea, riesgo de infecciones secundarias e insomnio.

Las chinches de la cama son insectos ovalados (forma acorazonada), aplanados en sentido dorso-ventral y de un tamaño aproximado de 4-5 mm de longitud. N ayunas, presentan calor marrón claro, después de alimentarse toman una tonalidad más oscura (color vinoso).

Presentan una cabeza poco prominente en lo que destaca un par de ojos compuestos de pequeño tamaño, antenas patentes formadas por un número reducido de grandes antenómeros y un aparato bucal modificado para la picadura. Carecen de alas (presentan un esbozo residual en forma de almohadilla) y su abdomen es prominente (más redondeado en el caso de las hembras y puntiagudo en los machos), siendo aparente su segmentación abdominal.

Las chinches de la cama son insectos hemimetábolos (metamorfosis incompleta). Como tales, las formas larvarias (ninfas) presentan morfología similar a los adultos y, lo que es más importante desde el punto de vista técnico, se encuentran en los mismos hábitats y se alimentan de modo similar.

Después del apareamiento, las hembras adultas ponen de 2 a 3 huevos diarios durante el resto de su vida (son insectos longevos que pueden llegar a vivir bastantes meses). Las puestas se producen en lugares protegidos y cercanos a sus fuentes de alimentación nocturna, por ello en el caso de los humanos, las chinches habitan y se reproducen usualmente en los dormitorios, utilizando la variedad de escondrijos, grietas y refugios que ofrece este tipo de entornos. Los huevos, a diferencia de las ninfas, no resultan especialmente resistentes y no sobreviven más de tres meses y menos en locales no calefactados.

En condiciones de temperatura (20ºC) y humedad normales, los huevos eclosionan en aproximadamente 10 días. A temperaturas por debajo de 14ºC, la eclosión no se produce.

Las chinches adultas son insectos muy resistentes, capaces de sobrevivir en condiciones de ayuno durante períodos de hasta un año o más. Las adultas solo se alimentan de sangre. Asimismo, en ausencia de hospedador (humano), puede picar a animales (roedores, murciélagos, perros, gatos y aves).

La chinche de la cama es un insecto de actividad nocturna y hábitos huidizos. Por ello, el diagnóstico suele ser consecuencia de intervenciones solicitadas a raíz de incidentes de picaduras repetidas. Durante el día, las chinches suelen refugiarse en proximidad a su fuente de alimentación nocturna y para ello, utilizan la enorme variedad de escondrijos potenciales que presentan los dormitorios (grietas del mobiliario, costuras de colchones, huecos en somieres, grietas de paredes y rodapiés, espacios practicables bajo papeles pintados y tapicerías ornamentales, espacios posteriores de cuadros, etc.

Incluso para el ojo entrenado de un profesional del control de plagas resulta difícil la observación directa del insecto; por ello, es necesario establecer un adecuado protocolo diagnóstico que considere, entre otros, los siguientes datos:

  • Antecedentes de diagnósticos y tratamientos previos disponibles.
  • Patrón de picaduras. Las chinches no son los únicos animales que pueden picar de noche en interiores (mosquitos, garrapatas blandas argásidas, …) No obstante, hay que reseñar que en ciertos entornos donde no hay presencia humana nocturna como cines, teatros o cuartos de guardia, las chinches pueden llegar a picar durante el día.
  • Presencias de spots fecales. Debido a sus hábitos hematófagos, las excretas de las chinches presentan un aspecto y color que recuerda a las salpicaduras de tinta negra.
  • Infestaciones importantes producen un marcado olor dulzón que proceden de ciertas glándulas torácicas del insecto y los expertos describen como típico y que pueden ser una ayuda en el diagnóstico.

En todo caso, resulta preciso recordar que la solución a esta parasitación pasa por un exacto diagnóstico de situación que debe incluir, al menos: el diagnóstico preciso de la especie parásita implicada (género-especie) y la evolución o caracterización de los factores ambientales concurrentes que predisponen y/o favorecen la infestación y cuya corrección o manejo es condición necesaria para un control eficiente y seguro.


  • Revisar cuidadosamente objetos o mobiliario que sean adquiridos, especialmente si se trata de material de segunda mano, mobiliario de dudoso origen o mobiliario que hubiera sido almacenado en contacto con otros de diferente origen.
  • Hacer lo mismo con colchones, somieres y mantas.
  • Vigilancia del equipaje durante estancias en hoteles y otros lugares de hospedaje, especialmente albergues. Comunicar e investigar cualquier incidente relacionado con picaduras nocturnas. Las infestaciones detectadas en fases iniciales resultan más fáciles de controlar.
  • Aplicar las habituales medidas de higiene personal. No está indicado el tratamiento el tratamiento antiparasitario corporal preventivo.
  • En el caso de gestores de hoteles, disponer de la asistencia técnica correspondiente (empresas de control de plagas), encargada de la vigilancia preventiva y de los eventuales tratamientos curativos que fuese necesario realizar.
En Killer Mouse usamos 6 métodos de actuación entrelazados garantizando el control absoluto en 2 intervenciones separadas entre10-15 días para dejar eclosionar los huevos.

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